El uso terapéutico de las aves rapaces data de finales del siglo XIX, cuando en Inglaterra se empleaban estos animales para tratar a personas con discapacidades intelectuales; tiempo después, ya en el siglo XX, se comenzó su uso en Alemania en pacientes epilépticos.
Conciste en sesiones de una o dos horas donde el paciente tiene un acercamiento directo con el ave, puede acariciarla, se realizan pequeñas demostraciones de vuelo o donde pueden manejarla (con ayuda del cetrero) para poder sujetarla con el guante.
Está demostrado que la terapia con estas aves potencia la estimulación cognitiva, aumenta la motivación, despierta la afectividad, mejora la atención y la concentración, aumenta la capacidad de independencia.
Está recomendada para pacientes con depresión u otros trastornos de ánimo y con patologías del aparato locomotor, cardiovasculares, neurológicas, etc.
Tenemos programas que están dirigido por terapeutas, médicos y psicólogos, en la que el ave es la herramienta cooterapeuta.